Hace unos 7 años, mi pareja y yo decidimos dar el salto e independizarnos, comenzar un nuevo proyecto de vida juntos.
En este nuevo proyecto hicimos la reforma integral de un piso antiguo, es decir, cambio de suelos, azulejos, grifería, electricidad, cocina, etcétera. Era un gran reto ya que el piso contaba con unos 40 años de antigüedad aproximadamente y nosotros queríamos no sólo actualizarlo, sino que fuera funcional.
El estilo decorativo que más se identificaba con nuestros gustos era el nórdico y minimalista, con alguna pieza especial, ya fuera de mobiliario, o integrando alguna textura. Por eso, por ejemplo, en la cocina decidimos integrar en una pared ladrillo rojo, aportando un toque industrial a esta zona. Para el resto de la casa elegimos muebles sencillos, de líneas rectas y nos permitimos el lujo de seleccionar en algunos de ellos, piezas icónicas o con un toque diferente. En cuanto a la paleta de colores optamos por una paleta neutra, donde predomina el blanco en las paredes y azulejos y el gris en el suelo cerámico de todo el piso, imitando la madera. La elección de esta paleta cromática en tonos neutros nos ha permitido añadir color en la decoración, en textiles y elementos decorativos, pero además incorporando muebles de pino o roble, donde la madera tiene un color claro muy actual.



Soy una gran enamorada de la naturaleza y las plantas y me encanta integrarlas en los espacios. Las plantas aportan bienestar, nos hacen sentir bien y nos acercan a nuestro lado más natural. Algunas incluso ayudan a purificar los ambientes, tan sólo tenemos que elegir las adecuadas para cada espacio.
Al poco tiempo de terminar la reforma, Maribel de la web «Una pizca de hogar» se puso en contacto conmigo para hacerme una entrevista sobre el cambio del piso, la comparto ya que hay fotos del antes y el después y me parece muy interesante ver el cambio, de una casa «real».